7 de febrero de 2013

El Biombo Novohispano

Imagen del biombo novohispano del siglo XVII, patrimonio del Museo de Navarra. (Cedida)
El Museo de Navarra expone hasta el 27 de enero de 2013, en la sala 3.1 correspondiente al barroco, el biombo novohispano del siglo XVII prestado para la exposición 'Ideologías enfrentadas en el mundo colonial español' ('Contested Visions in the Spanish Colonial World'), que tuvo lugar en el Museo de Arte del Condado de los Angeles-LACMA, California, entre noviembre de 2011 y enero de 2012.
PAMPLONA. Esta pieza de ajuar doméstico destinada a la sala principal de la casa, señalaba el estatus de la familia. De origen mexicano, contiene la representación de las cuatro partes del mundo conocidas entonces. Fue adquirido por el Museo de Navarra en el año 2006 y restaurado en 2008.
Su exhibición responde a la celebración en el museo de un curso titulado 'Arte Hispanoamericano en Navarra', que ha reunido a especialistas de las universidades de Sevilla, Complutense de Madrid, Alcalá de Henares y Navarra. Este curso ha sido financiado por el Gobierno de Navarra y organizado por la Cátedra de Patrimonio y Arte navarro de la Universidad de Navarra.
EL BIOMBO NOVOHISPANO Este tipo de muebles servía para lucir en un 'salón de estrado', el espacio más noble y protocolario de un palacio novohispano. Está compuesto por diez hojas unidas por bisagras de librillo que sirven como soporte a 20 telas de lino pintadas al óleo, que ofrecen una única vista con países y alegorías que representan las cuatro partes del mundo, Africa, Europa, Asia y América, flanqueadas por las figuras de Ceres y Flora-Pomona, tema muy del gusto de la sociedad novohispana del barroco. La decoración del reverso finge una rica labor de brocado o de cuero dorado y policromado.
Las personificaciones de las cuatro partes del mundo, como distinguidas figuras femeninas sentadas sobre carros de oro, desfilan, a modo de cortejo triunfal ante fondos que representan sus respectivos países, según el imaginario de la época. Africa, sin ropa, recostada sobre el cocodrilo del Nilo, agita un pandero con la mano derecha, mientras se protege del sol con una sombrilla; pasa transportada por leones ante una tierra de palmeras en la que hombres desnudos conviven con elefantes.
Europa, vestida según la moda cortesana del siglo XVI, cruza al compás de dos corceles blancos ante un paisaje que revela una vida dedicada al pastoreo y la caza; señala su autoridad con la corona imperial, el cetro y el orbe terrestre, según expone el Gobierno foral en una nota.
Asia es una dama que cubre su cabeza con un simple tocado lobular y agita un incensario que simboliza la región cuna de todas las religiones; su carro, tirado por camellos, tiene como fondo una escena de "turcos", cubiertos con turbantes y ocupados en disputas y luchas.
Finalmente América, conducida por fantásticos unicornios, se presenta con el torso desnudo, tocada con penachos de plumas de vivos colores y armada con arco, carcaj y hachuela; tras ella, el nuevo continente se puebla de indígenas inmersos en ritos de sacrificios humanos, junto a los que se han pintado elegantes damas ataviadas con vistosos "huipiles" y enaguas que sirven tanto para dulcificar la imagen, como para localizar en Méjico el posible origen del biombo.
Ceres, con la hoz y las gavillas de trigo, y Flora-Pomona, rodeada de frutos y flores, subrayan la idea de representación de las partes de la tierra que habitan animales como la lechuza en Europa y el armadillo en América

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